lunes, 23 de julio de 2012

Padres e Hijos.

Siempre escuché que el dolor que se siente como padre por un hijo, no es para nada comparable al que puede sentir un hijo por sus padres. La verdad es que siempre me lo creí porque cuando ves sufrir a un padre por su hijo se transmite un sentimiento incomparable a cualquier otro, aunque esto no quite el que un hijo pueda sufrir mucho por sus padres.
Os cuento esto porque una vez más con esta enfermedad he aprendido algo nuevo. Siempre he valorado mucho, más bien muchísimo a mis padres, pero me he dado cuenta de que debo valorarlos más aún si es posible.
El sábado por la tarde me ingresaron a la hora de la comida, a eso de la una aproximadamente, una compañera de habitación. Una señora mayor, con cierta edad y con fractura de costillas por lo que tengo entendido. Ingresó con su hija, la tumbó en la cama y se fue. No volvió nadie a junto de ella hasta pasadas las seis de la tarde. La señora se lamentaba del dolor y decía estar muy desorientada, no sabía donde estaba ni el porque de encontrarse aquí.
Y ahora pienso:
Llevo ingresada solo en Coruña de esta vuelta trece días, que se dicen rápido pero no pasan igual jeje, y en este tiempo no me han dejado sola más de 10 minutos, y para eso, esos diez minutos eran para ir a comprárme algo a la cafetería. Mientras, en la misma habitación una señora de 66 años más que yo, llevaba ingresada siete horas, de las cuales cinco ha estado sola.
Mientras unos padres están con su hija minuto a minuto, los hijos lo pagamos de mala manera desaprovechando cada segundo de sus peores momentos junto a ellos. Quizás pase un día y no nos percatemos, dos y tampoco pero llegará un tercero en el que tus padres, esas personas que jamás te han dejado sola y perdida en un hospital, piensen el por que no pasas a hacerles una visita fugaz por su casa para decirle los mucho que les quieres.

Yo entiendo que con la edad las personas se hacen quizás un poco más pesadas, pierden paciencia y se cabrean antes, y nosotros con una Vida pues no siempre tengamos esa fuerza de querer estar allí, pero ellos tampoco... Qué nos cuesta devolverles de alguna forma el cariño que nos llevan dando toda su Vida?

Esta entrada la he escrito el sábado a las pocas horas de ingresar mi compañera de habitación, pero ahora mismo Domingo por la noche, sigo pensando lo mismo e incluso a peor. No sé como se pueden quedar tranquilos sin saber nada de esta señora durante toda la noche y parte del día. Tiene tres hijos y sólo se pasan a verla una hora al día cada uno como máximo... Pobre mujer, se está lamentando de dolor, pero también por no dejar en paz a los demás. Supongo que para una persona de esta edad el tener a un hijo al lado supone la misma tranquilidad que para un niño nervioso una caricia de su madre...  Supongo que hoy en días las cosas cuestan más de lo pensado para alguna gente, por lo que se ve. Espero que le den el alta pronto y acabe de recuperarse en su residencia, donde seguro se siente feliz y protegida rodeada de amigos y amigas que seguro considera familia.

En fin, después de haberme explicado, lo necesitaba, os diré que yo sigo igual. Estoy esperando a los resultados de saber que tipo de infección es la que tengo en el pulmón para poder tratarla directamente. Yo me encuentro bien gracias a Dios, así que toca esperar y ver que deciden los médicos jeje.

Qué tal habéis pasado el fin de semana? Yo el viernes tuve a mis dos amigas conmigo y nos montamos un picnic Hospitalario con hamburguesas del Mc Donal´s jaja. Os dejo una foto en la que también veréis mi look jeje, espero que os guste, muaac ;).


Gracias chicas por ayudarme a pasar la tarde, ha sido una buena tarde noche jeje. Gracias, os quiero mucho ;).

Gracias a todos y todas por seguir formando parte de Qmv. Gracias por hacer que vayamos creciendo poco a poco, tanto en Facebook, Twitter como las visitas en el Blog diariamente. Un beso grande a todos y todas, gracias de nuevo, muaac ;).


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No hay medicina que cure lo que no cura la felicidad :)

7 comentarios:

  1. Piré sí Mirian, tienes toda la razón. En el.hospi a menudo se ve mucha gente mayor solita muchas horas y siempre pienso lo mismo que tú...espero que cuando nosotras seamos mas mayores no se nos olvide esta reflexión. Por cierto, estáis guapisimas las tres!!!! Mil millones de besos!!

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  2. Qué razón tienes Miriam... Un padre/madre siempre, en cualquier situación, daría la vida por un hijo pero al revés... Y ya no es llegar al extremo de dar la vida, pero qué menos que está tu madre enferma en el hospital, pasando dolores, y estar allí para acompañarla... Sé que mis padres jamás abandonarían así a los suyos, ni yo a los míos... pero no todo el mundo es así. Deberías leerle tu entrada a esos hijos, les vendría muy bien para reflexionar!!

    Espero que te traten ya pronto esa infección, seguro que se cura en un santiamén! Que pases buen día, un beso :)

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  3. Tan sabia como siempre... Eso que dices pasa muchísimas más veces de lo que nos imaginamos, y es una pena muy grande.
    Te veo estupenda Mirian con tu nuevo look.
    Muchos recuerdos a tus papis, y espero que pronto den con el bichito y el antibiótico adecuado para quitarte esa infección que tienes.
    Muchos muuuaack para todos.
    Y para ti muuuucho ánimo guapísima.

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  4. ¡Hola guapa! siempre es una alegría y un lujo leerte y siempre nos das que pensar aunque esta vez no estoy de acuerdo contigo, me explico.
    Hay PADRES y "padres" e "hijos" y también HIJOS y te digo esto porque lo he vivido en mi propia vida. Ayudé a mi madre, a pesar de tener mi propia casa y mi hija, a cuidar durante 3 interminable años a mi padre enfermo de Alzheimer, aún teniendo un hermano soltero que vivía con mis padres y ahora ocupa su casa.
    Me detectan el primer tumor en la mama sin saber su naturaleza a quirófano directamente, luego resultó gracias a Dios benigno. Conociendo a mi madre y contra mi voluntad se lo digo en compañía de mi marido una semana antes restándole importancia. Respuesta, mira como no voy a hacer nada en el hospital para que voy a ir, me voy al hogar de la 3ª edad y me distraigo jugando un rato a las cartas. Cuando salgas de quirófano que me llame tu marido y ya me dice lo que hay.
    Mi marido, si quiere saber como está su hija llame usted. Menos de un año antes había ido una semana a La Coruña a visitar y hacer compañía a una querida amiga que operaron allí.
    Año y medio después, segundo tumor maligno ya sabido de antemano en la cicattriz del primero, más de lo mismo. Se lo dije para que luego no dijera aún que como iba a ir si yo no le decía nada.
    Año y medio después le detectan a mi madre un cáncer de colon con metástasis hepáticas, pleural etc. La operan y bien pero al año y pico cae ya definitivamente y entre medias una operación de cadera. La cuida su hija, yo. Me quedo por la noche cuando la operan y al despertarse solo pregunta por su hijo. Al día siguiente solo se lamenta de la lata que le está dando a su hijo el pobre, el que ha dormido comodamente en su cama y se fué a ver un partido de fútbol mientras su madre aún estaba en reanimación.
    Al final de la enfermedad es ingresada en un centro de paliativos durante un mes hasta que fallece porque su estado era para ello y su hijo iba a verla un ratito cada día. Si tuvo lo necesario que debe tener un ser humano, incluida la asistencia religiosa, fué por mí y por mi hija su nieta.
    Hablé con el psicólogo del Centro de Paliativos donde falleció y me dijo que se había dado perfecta cuenta de como era la señora. Que hiciera lo que hiciera ya estaba más que bien como si no volvía a ir. Por supuesto allí estuve hasta que dejó este mundo.
    Lamento haber sido tan extensa pero chica guapa necesitaba contártelo para que veas que a veces las cosas no son como parecen y cada caso es un mundo y desgraciadamente a veces las apariencias engañan.
    Bueno que estás guapísima con tu nuevo look y tienes unas amigas que son casi tan guapas y tan nobles como tú.
    Muuuuuuuuuuuuuuuuuuuchos besos y por aquí nos vemos porque al hotel Sergas no voy así me maten jajaja.

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    1. totalmente de acuerdo contigo, cada caso es diferente y no todos los padres ni todos los hijos son iguales. Cada familia es un mundo.

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  5. Hola Miriam, lo primero decirte que me encanta ver esa foto con tus amigas y tú tan sonriente, eres genial. Estoy de acuerdo contigo en lo de que los hijos no damos ni la mitad que los padres nos dan y es una lástima porque realmente el tiempo que tenemos juntos desgraciadamente tiene un límite y tendríamos que aprovecharlo al máximo y siempre aparte de decirles lo mucho que los queremos, demostrárselo, que eso para mi es lo más importante. Yo por suerte si que lo hago, porque lo pienso igual que tú. Para mi mis padres lo son todo y doy siempre gracias a dios y se lo digo a ellos mismos lo mucho que los quiero y lo mucho que agradezco su educación.
    Me ha gustado mucho el post de hoy porque me alegra saber que como yo hay gente que sí tiene sentimientos y no los oculta o disfraza.
    Como tú vas sobrada de amor y optimismo hazle alguna gracia a tu vecina de habitación, seguro que te sentirás genial haciéndolo.
    Un bechito guapa. Cuídate. Me alegra mucho de verdad verte tan bien en esa foto.
    - Lola -

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  6. Había una señora anciana que contaba este caso, que me contaron a mí. Ella tenía cuatro o cinco hijos... o por ahí; también tenía algún dinero y propiedades que le había dejado su marido. Los hijos la convencieron para que vendiera esas propiedades y repartiera ya la herencia en vida, porque a ella no le iba a servir ya de nada, y en cambio a ellos les sacaría de bastante apuro, incluso podría vender el piso de lujo donde ella vivía, ya que empezaba a tener sus achaques y era mucho mejor que no viviera sola sino en casa de cada hijo periódicamente. Sus hijos se ofrecían y se peleaban para tenerla con ellos unos días y que fuera rotando por las casas, y así su vejez sería más feliz al estar acompañada de todos sus hijos que la cuidarían, mucho mejor que si se pagaba una señora de compañía, y por otra parte sus hijos podrían disfrutar ya de la herencia en vez de dentro de los años que fuera, para así poder pagar las necesidades de los nietos y muchos agujeros que tenían.

    Todos contra una, y encima sus hijos, pues la convencieron. Esta es la historia que contaba esta mujer, abandonada en un sillón de una residencia, y cuyos hijos le visitaban de uvas a peras. No es que fuera inmediata esa situación, pero sí progresiva. Primero se la fueron turnando, tal y como prometieron; un tiempo después le hicieron ver que mucho mejor estaría cuidada en una residencia, que sería como en casa porque todos la irían a visitar cada semana en diferentes días, pero atendida por especialistas, etc. Al final sólo alguna vez la visita cuando se le ocurre, como una obligación y muy brevemente, por fichar. Ahora a mujer tiene dinero 0 y propiedades 0. Y decía: "¡Qué me vea yo así! ¡Yo que he tenido todo, yo que he sido rica, que mi marido estaba bien tranquilo porque con tanto dinero y propiedades no me faltaría de nada! Y aquí estoy tirada. No tengo nada.

    Es lo que se dice: "Un hijo no es para una madre; en cambio, una madre es para 100 hijos". A veces hay buenos hijos, lo cual no es tan fácil como ser buena madre. Por eso, cuando hay un hijo que se desvive por sus padres, que se sacrifica, que no les falta de nada... ése es un ángel. Los demás hijos que no son así... -quizá sea injusta la expresión-... son basura.


    Esa señora que tenéis al lado, que no es la misma historia pero es del gremio, no se llama como dice en el carné de identidad, se llama Jesús de Nazaret, aunque tenga aspecto de mujer mayor. Atendedla como si fuera un familiar, y vuestros amigos que vayan a visitaros y que lean esta entrada, que pasen un ratito con ella, que le pregunten cosas de su vida para que se extienda hablando, que alguien le compre unas flores, lo que haga falta. No siempre en la vida nos encontramos directamente con Jesús, pero a veces se nos pone en la cama de la lado. No perdáis esta oportunidad única.

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